¿Por que combinar cardio y musculación?

Si solo practicas cardio dejarás de lado otras necesidades de tu cuerpo. Mientras que el hacer fuerza te garantiza el desarrollo de los músculos, bajar de peso y mayor flexibilidad.
La combinación de fuerza y cardio ayuda a eliminar más rápido el sobrepeso, el resultado es 10 veces más efectivo. Asimismo, tu cuerpo se desarrollará al máximo, permitiendo que los dos tipos de ejercicio se complementen.
Entre los beneficios destacan:
Mejora en la apariencia física beneficia la salud en general.
Favorece la capacidad respiratoria y la resistencia a ciertas enfermedades.
- Al reducir la grasa baja el riesgo de obesidad y las patologías que se derivan de la misma.
- La actividad sube la resistencia al cansancio por la producción de ácido láctico y estimula la circulación sanguínea.
- Los ejercicios de cardio llevan al crecimiento de la elasticidad de las arterias, lo que baja el riesgo de hipertensión. Más control hormonal, lo que produce un mejor estado de ánimo.
- La unión de ejercicios lleva a mantener el peso, aumenta el tono muscular y la densidad ósea previniendo la osteoporosis.
- Funciona también para aliviar los síntomas de los pacientes diabéticos al controlar el azúcar en la sangre.
- Mejoran la coordinación y el equilibrio. Además de esto, aumenta la confianza y la autoestima.
- El metabolismo se hace más eficiente.
La clave es tener variedad, cambiar las rutinas para asegurar que no haya aburrimiento y alcanzar éxito a largo plazo. La meta es juntar fuerza, cardio y estiramiento, a partir de ahí compaginar ejercicios que sean interesantes y desafiantes.
Orden en el ejercicio
A la hora de poner en práctica ambos tipos de ejercicio define tu objetivo, porque de esto depende el orden de su realización. Si deseas bajar de peso y tienes poco tiempo, combina cardio y pesas en una sesión para agotar las reservas de glucosa. Así quemas grasa.
Si lo que pretendes es mejorar la capacidad aeróbica, el cardio es para el final porque puede disminuir la elasticidad. La mezcla tiene un alcance individual enfocado en tu tipo de cuerpo, deporte elegido y metas. Por lo que, tienes que decidir si perder peso o ganar músculo, pero no quiere decir que uno vaya a estar primero que el otro, lo ideal es que trabajen a la par.
- Más músculo, primero pesas: Para el volumen muscular es importante que consumas al principio la energía con pesas. Si haces cardio primero te agotarás y no podrán cumplir el régimen de pesas de forma correcta. Disminuirá tu reserva de glucógeno, por lo que no tendrás todo tu potencial y corres el riesgo de lesión.
- Menos grasa, primero cardio: Consume la energía del glucógeno haciendo cardio, luego pesas para que la grasa sea quemada y bajes de peso.
- Más resistencia, primero cardio: Para mejorar como atleta necesitas más resistencia que te la va a dar correr. Las pesas serán un complemento de la rutina para ganar potencia en las piernas. También ejercítate en las máquinas de fuerza.
- Más fortalecimiento, primero fuerza: Si el objetivo es fortalecer el cuerpo, pero mantenerte delgado, lo recomendable son los ejercicios de intervalos de alta intensidad. Aparte complementar con la combinación de pesos.
Riesgos de mezclar fuerza y cardio
A pesar de todo lo bueno que puede tener la sinergia de estos ejercicios, siempre hay riesgos si se aplica mal el plan. Al desarrollar las capacidades de fuerza muscular y resistencia cardiovascular de forma simultánea es posible que aparezcan algunas interferencias.
Entre las consecuencias está la fatiga residual por los entrenamientos previos que afecta el sistema neuromuscular. Igualmente, disminuyen las reservas de glucógeno muscular, también se da el sobre entrenamiento. Aparte de la inhibición de la síntesis proteica que desencadena la merma de la capacidad del músculo de tener tensión.
Por ello es aconsejable distanciar los entrenamientos que trabajan los mismos grupos músculos. Por ejemplo, no realizar el trabajo de fuerza de las piernas y la carrera. Esto ayudará a la recuperación y la adaptación a los estímulos.
Otra recomendación es hacer los ejercicios de resistencia en la mañana y los de fuerza en la tarde. El tiempo de recuperación debe ser de al menos tres horas, para volver a los niveles basales normales. Puedes programar los ejercicios en diferentes días o en distintos ciclos.