¿Por qué ducharnos con agua fría?
Cada vez falta menos para el verano, y hay algunos habitos que, para muchas personas, son más llevaderos. Hoy te traemos un hábito con grandes beneficios tanto fisiológicos como mentales.
¿Qué pasa si me baño con agua caliente?
Una ducha con agua caliente tiene un efecto relajante que permite reducir los dolores musculares y combatir el insomnio o incluso las cefaleas tensionales. Es ideal para terminar la jornada y aliviar las tensiones acumuladas antes de acostarse, ya que contribuye a lograr una buena calidad de sueño, en especial para las personas que sufren de estrés y ansiedad. Además, por su efecto vasodilatador, también contribuye a disminuir la hinchazón y eliminar toxinas del cuerpo.
¿Qué efectos tiene el agua fría en mi cuerpo?
El agua fría, por su parte, ayuda a la concentración en actividades intelectuales o que requieren una buena dosis de energía. Esto se debe a que la baja temperatura activa la circulación y proporciona un mayor flujo de sangre a los órganos y tejidos, al mismo tiempo que estimula la producción de noradrenalina, una hormona relacionada con el estrés.
Ducharse con agua fría también ayuda a tonificar el cuerpo y espabilarse, poniendo al cuerpo en estado de alerta. Al mismo tiempo, estimula las defensas colaborando en la prevención de resfriados.
Las personas que se duchan con agua fría aseguran que les despeja la mente y les aporta energía para afrontar el día, por eso es recomendable hacerlo por la mañana.
Se recomiendan las duchas breves de agua fría por la mañana, para focalizarse, y las de agua caliente, que favorecen la relajación, para cerrar el día.